Entrevista con Vincent Doumeizel: La revolución de las algas

Por Colaborador Invitado, el 7 diciembre, 2023. Categoría(s): Biología • Divulgación • Ecología
Vincent Doumeizel

Las algas han tenido mala prensa porque se las asocia, equivocadamente, con la contaminación. Estos vegetales marinos ofrecen grandes beneficios, aunque algunas de sus ventajas están sin explotar. Esa es la idea que defiende con pasión Vincent Doumeizel en La revolución de las algas (Urano, 2023). El libro  es muy didáctico y nos enseña, por ejemplo, que las algas verdes y las rojas no poseen ningún ancestro común en el mundo vegetal. La obra de Doumeizel es un verdadero vademécum de algas.

La revolución de las algas

ANDRÉS LOMEÑA: En su libro explica las grandes ventajas nutricionales de las algas y también otras virtudes relacionadas con el cambio climático o con los materiales. ¿Entonces qué falla? ¿Necesitamos un cambio de paradigma? Me temo que he leído virtudes parecidas con los insectos, pero esa transformación cultural y culinaria no ha llegado.

VINCENT DOUMEIZEL: Los insectos son una historia completamente distinta, aunque puedan tener muchos beneficios desde una perspectiva nutricional y medioambiental. El rechazo a los insectos es bastante mayor que a las algas. Se puede decir que los insectos ya se comen en buena parte del mundo, al igual que las algas, pero las comparaciones acaban ahí. Comer insectos resulta asqueroso para mucha gente. Y el sabor no interesa como tal. Aquellos que comen algas lo hacen fundamentalmente por la ingesta de proteína que representa. Las algas están llenas de nutrientes, proteínas incluidas, pero es que además están riquísimas. El sabor umami tan característico de las algas tiene un nombre que viene del japonés y significa: “sabor exquisito”.

Creo que la gente estará preparada para comer algas en cuanto se den cuenta de que el olor de las algas en la playa se debe a su podredumbre, igual que pasa con la mayoría de los alimentos. Las personas ya comen algunos tipos de algas desde hace décadas en los restaurantes japoneses y pagan un buen precio por ellas. No tenemos ejemplos similares con insectos. Eso sí, será sin duda un cambio de paradigma.

En los años cincuenta hubo un cambio de paradigma con la cultura estadounidense: Hollywood, el rock and roll, los comics y las hamburguesas. La comida también es una moda y puede cambiar con rapidez. La gente quiere vivir a su manera y a menudo lo hace a través de las dietas. Solo tendríamos que incrementar la producción, aprendiendo a cultivarlas para que los precios sean asequibles, y luego que la gente se entere de que las algas están ricas, pero también que son buenas para nosotros y para el planeta.

 

A.L.: ¿Es realista esperar materiales con algas? Me da a mí que la industria del petróleo no lo permitiría, salvo que sean ellos mismos quienes se metan en el negocio.

V.D.:  Lo mejor de las algas es que no tienen enemigos. Es la cosa más abrazable del planeta. Los plásticos, los fertilizantes, la industria textil, pero también los productores de alimentos, son muy conscientes de que la producción no puede durar demasiado y necesitan mejorar su huella ecológica. Los líderes de las grandes industrias saben el impacto medioambiental que tienen, y también tienen niños a los que proteger e inversores a los que satisfacer a largo plazo con estrategias sostenibles.

Las algas no molestan a nadie. Es una solución que gusta a todo el mundo y no hay lobbies contra los que luchar. Está claro que eso no es así si deseas cambiar el sistema alimentario terrestre. Es un campo verde, o deberíamos decir un “campo azul”, donde nada ha ocurrido hasta ahora. La experiencia que tenemos en el desarrollo de la industria de las algas en Asia y África oriental confirma la falta de resistencia una vez que hay regulaciones. Es una oportunidad para construir algo nuevo aprendiendo de nuestros errores porque la cuestión no es qué plantar sino cómo hacerlo. Y hemos cometido errores, por cierto: monocultivos, OGM, producción industrial, etcétera.

Las posibilidades de reemplazar esos productos son obvias si pensamos en las propiedades de las algas y en sus capacidades reales. Las algas han creado los combustibles fósiles que se usan para producir plástico, petróleo y fibras sintéticas. Las algas son los ancestros de todas nuestras plantas en tierra, las cuales nos dan comida o algodón. Las algas son la fuente inicial de la vida en el planeta y todo vino de ellas… lo que nos incluye a nosotros. Todos fuimos algas flotantes hace miles de millones de años. No hay nada que no pueda hacerse con algas. El principal problema es que sabemos muy poco sobre el uso de las algas. ¿Qué podemos hacer con ellas? ¡Prácticamente de todo! ¿Qué sabemos actualmente sobre cómo hacer cosas con algas? ¡Prácticamente nada!

 

A.L.: Describe muchas algas, pero está claro que el alga nori sigue siendo aquí la más conocida. ¿Es la mejor forma de empezar a familiarizarse con el mundo de las algas?

V.D.: Nori significa “alga” en japonés y es una palabra para referirse a la Porphyra Umbillicalis, que es sin duda la más conocida mundialmente por los makis y los sushis. Es muy importante para Japón porque, al igual que muchas otras algas rojas, es rica en proteínas. Para los japoneses, fue una fuente muy importante de nutrientes esenciales y la han usado para envolver su comida, un poco como nosotros usamos el pan para los sándwiches.

En Japón es tan importante como el pan en Francia, pero no fueron capaces de cultivarlo hasta que Kathlyn Drew Baker comprendió el secreto de este alga. De este modo, se convirtió en una persona muy famosa en Japón, conocida como “la madre del mar”, incluso aunque ella nunca había estado allí.

Lo mejor para iniciarse en el mundo de las algas es empezar con nuestras algas locales. Cultivar algas que no son nativas puede ser peligroso para los ecosistemas y con el setenta por ciento de la población mundial viviendo a menos de cien kilómetros del mar, se puede conseguir una comida de proximidad que no necesita tierra ni ser regada.

Podemos moldear el mundo que queremos a través de nuestras decisiones como consumidores. Todos somos activistas medioambientales cada vez que comemos. Así que votemos por las algas. Aprendamos a cocinarlas y a que estén sabrosas, tal y como hicimos con las patatas fritas y el chocolate (las patatas o el grano de cacao no son particularmente atractivos). Convirtámonos en embajadores de las algas. Necesitamos decidir y comprar algas para crear un mercado e introducir cambios en él.

 

A.L.: Me encanta su entusiasmo con las algas.

V.D.: Todos anhelamos buenas noticias… y las algas son justamente eso. Puede ser el mayor recurso sin descubrir que tengamos en el planeta. Es la base de la vida. Cuando quieres levantar tu casa, no empiezas por el tejado sino por abajo. Y con la crisis climática y medioambiental que viene, claramente necesitamos hacer algo en el planeta. Las algas son una solución basada en la naturaleza, es una solución global y un punto de inflexión. ¡Es una revolución!

Además, tengo tres hijos. No quiero que sean recordados como la generación del cambio climático que se muere de hambre porque nosotros no pudimos cambiar nuestros sistemas alimentarios. Esta revolución de las algas es un compromiso intergeneracional para la esperanza y el optimismo.

Las algas tienen el potencial de acometer algunos de los mayores desafíos de nuestra generación. Las algas pueden alimentar al mundo, limpiar el planeta, reemplazar el plástico, proporcionar nuevas medicinas y fuentes de ingresos, así como absorber más gases de efecto invernadero que cualquier bosque tropical. Si empezamos a cultivar el océano como hicimos con la tierra hace doce mil años, seremos recordados como la primera generación de este mundo que se las arregló para alimentar a la población entera con comida segura y sostenible mediante una reconexión entre tierra y océanos. Podemos hacerlo, pero solo podremos conseguirlo todos juntos.

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Esta entrevista nos la envía Andrés Lomeña Cantos (@andresitores). Estudió periodismo y se especializó en teoría de la literatura y literatura comparada. Trabaja como profesor de filosofía en un instituto de educación secundaria e investiga sobre los mundos imaginarios de las novelas.

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Por Colaborador Invitado, publicado el 7 diciembre, 2023
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